El vidrio es un material que se puede reciclar una y otra vez sin llegar a perder sus propiedades. El uso del vidrio reciclado ayuda a ahorrar energía, es menos costoso y además de reducir residuos y el consumo de materias primas. La mayor parte del vidrio reciclado se puede utilizar para hacer nuevos embases y una pequeña proporción se destina a la fabricación de otros materiales de construcción.
Los diferentes tipos de vidrios que existen son químicamente incompatibles, por lo que se necesita una selección previa a su reciclaje. Tenemos en este caso tres tipos de materiales ; el vidrio reciclable, el que no se puede reciclar y los cristales. Cada uno tiene composiciones y propiedades químicas diferentes.
A simple vista unos son mas transparentes y frágiles que otros pero la diferencia principal es su punto de fusión. Al fundir a temperaturas distintas obtenemos productos que contienen grumos en la estructura y que son defectuosos.
En resumen podemos reciclar todo tipo de botellas de bebida, tarros, frascos, perfumes... y lo que no podemos reciclar son las copas, vasos, espejos o los trozos de ventanas y puertas.